
Editorial 28 de septiembre de 2008
por Humberto Tumini
El 10 de diciembre pasado, asumió la presidencia de la nación Cristina Fernández de Kirchner. En su campaña electoral dijo que venía a profundizar los cambios que había iniciado allá por el 2003 su esposo. Una parte muy importante de la sociedad le creyó y ganamos en primera vuelta con el 45% de los votos; dejamos veinte puntos atrás a la segunda. A partir de ese momento se sucedieron diversos hechos que pusieron al gobierno nacional en una encrucijada.
En primer lugar comenzó a profundizarse la crisis financiera internacional y fue subiendo, al compás de la misma, la tasa de interés en los mercados mundiales para países como el nuestro; dificultando así el refinanciamiento de la aun importante deuda externa y el de las grandes empresas -nacionales y extranjeras- que operan en la Argentina. En segundo lugar, luego de una fuerte alza motivada por la afluencia de capitales especulativos, comienzan a descender los precios de nuestros principales productos de exportación debido a crecientes procesos recesivos en las principales economías desarrolladas. En tercer lugar, se acelera en los primeros meses de este año la inflación interna, lo que afecta a los sectores de menores recursos y también al tipo de cambio, revalorizando el peso.(+)Pulsar en el título para leer texto completo
El 10 de diciembre pasado, asumió la presidencia de la nación Cristina Fernández de Kirchner. En su campaña electoral dijo que venía a profundizar los cambios que había iniciado allá por el 2003 su esposo. Una parte muy importante de la sociedad le creyó y ganamos en primera vuelta con el 45% de los votos; dejamos veinte puntos atrás a la segunda. A partir de ese momento se sucedieron diversos hechos que pusieron al gobierno nacional en una encrucijada.
En primer lugar comenzó a profundizarse la crisis financiera internacional y fue subiendo, al compás de la misma, la tasa de interés en los mercados mundiales para países como el nuestro; dificultando así el refinanciamiento de la aun importante deuda externa y el de las grandes empresas -nacionales y extranjeras- que operan en la Argentina. En segundo lugar, luego de una fuerte alza motivada por la afluencia de capitales especulativos, comienzan a descender los precios de nuestros principales productos de exportación debido a crecientes procesos recesivos en las principales economías desarrolladas. En tercer lugar, se acelera en los primeros meses de este año la inflación interna, lo que afecta a los sectores de menores recursos y también al tipo de cambio, revalorizando el peso.(+)Pulsar en el título para leer texto completo
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