
POR QUÉ PERDIMOS ESTA BATALLA
Un triunfo de la oligarquía terrateniente argentina que logró -al igual que tantas veces en los últimos 150 años de historia- defender con éxito su enorme renta e impedir su redistribución en camino a un país mejor para todos y todas.
Contó para ello con el apoyo de otros sectores económicos concentrados, de la derecha política, religiosa y mediática, del gobierno y la embajada norteamericana, y también de sectores progresistas que una vez mas confundieron sus propios intereses y los de la nación, con los de sus enemigos.
Nunca se debe subestimar el poder de las minorías pudientes de nuestro país. Ni su capacidad de conmover los proyectos nacionales, de confundir a amplios sectores de nuestro pueblo o de llevarse tras de si a quienes deberían estar en su contra.
No obstante, justo es decirlo, no ha sido solo por los aciertos de nuestros enemigos que hemos perdido esta batalla. También jugaron allí nuestros errores.
Nosotros, el campo nacional y popular, por larguísima experiencia propia y de nuestros hermanos latinoamericanos, ya sabíamos que la pelea por trasformar nuestra nación en un sentido de progreso iba a ser durísima. Por lo tanto, si la íbamos a librar -y en esto hay que reconocer la decisión de hacerlo de parte de los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner- había que tener una estrategia integral para ello. Estrategia que debía contar como columnas vertebrales de la misma políticas de Estado que consolidaran el apoyo de las mayorías, el despliegue de la batalla de ideas en el seno de la sociedad, y promover la participación, organización y movilización popular. Al mismo tiempo, realizar una correcta elección de nuestros aliados y tener claridad respecto de quienes no lo son, sin por ello perder nada de amplitud y flexibilidad.
Hubo en ese sentido y sin negar méritos innegables, fallas muy importantes en estos cinco años. Entre otras cosas no se avanzó más decididamente sobre rentas como la petrolera, la minera y la financiera, que permitieran una mayor y mejor redistribución de la riqueza; y en concreto en el campo, faltó política para los pequeños y medianos productores. No se dio mas extendidamente el debate con las arraigadas ideas sembradas por el neoliberalismo; ni se democratizaron, para facilitarlo, los medios masivos de comunicación dominados por ellos. Tampoco se promovió en mayor medida desde el gobierno, el imprescindible protagonismo del pueblo.
Pero probablemente donde mayor debilidad se tuvo, fue en la construcción política que sostuviera solidamente nuestro proyecto nacional. La falta de convicción para avanzar en un nuevo armado transversal luego de derrotar al duhaldismo en los comicios del 2005, el traer luego a connotados dirigentes de esa corriente y ponerlos como destacados representantes nuestros, la formalidad de
Todo esto se manifestó ahora, sin lugar a dudas, en la confrontación por la renta agraria. La firmeza del gobierno no se correspondió con la conducta de una parte no menor del PJ que se pasó a la oposición.
Hemos sufrido una derrota, pero no ha sido derrotado nuestro proyecto. Si el gobierno no acepta las presiones de los que buscan que retroceda revalorizando el peso, por ejemplo, y con el mismo coraje que enfrentó a los grandes intereses sojeros, extiende y profundiza medidas progresistas como son los aumentos de salarios, la movilidad de las jubilaciones, una asignación universal por hijo, el control de los precios y una reforma impositiva que grave mas a los que mas tienen. Si promueve y fortalece el debate de ideas y la participación activa de nuestro pueblo en la transformación del país, se le otorga la personería a
Si esas decisiones son las que se toman, allí estará nuestro Movimiento como en estos cinco años, poniendo el hombro a esta patriada.
Julio González – Pablo Ledda – Paola Vignoni – Silvia Tadey
MOVIMIENTO LIBRES DEL SUR – REGIONAL SAN LUIS
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